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DOCUMENTE SIMILARE |
|
La inmigración en España
Tabla 1. Evolución del número de extranjeros con permiso de residencia en vigor (Régimen General)
Año |
Extranjeros con permiso de residencia en vigor Régimen General |
Aumento respecto al año anterior (cambio en magnitud del aumento en % de un año a otro) |
Incremento del aumento respecto al año anterior (cambio en el incremento del aumento en % de un año a otro) |
Nota: se excluye a los extranjeros comunitarios
Año |
Extranjeros con permiso de residencia en vigor, Régimen General |
Extranjeros empadronados, Régimen General |
Estimación de los Irregulares, Régimen General |
La inmigración en España es, desde la década de los 1990, un fenómeno de gran importancia demográfica y económica. Según el censo INE , el 11,3% de la población de España es de nacionalidad extranjera.
Población extranjera en España |
|||||||||||||||||||
Año |
Extranjeros censados | ||||||||||||||||||
El origen de los inmigrantes
La población extranjera
se suele concentrar en las zonas de mayor dinamismo económico del país, y por
tanto con mayor necesidad de mano de obra. Así, las zonas de España con mayor
proporción de inmigrantes son Madrid y su área de influencia, el arco
mediterráneo y las islas. En el caso de los inmigrantes comunitarios, muchos
buscan el poder disfrutar de un clima más suave que el de sus países de origen;
de esta manera, los residentes de
Área de origen |
Población |
% total extranjeros |
Principales nacionalidades |
|
Iberoamérica |
Ecuador (11,13%), Colombia (6,40%), Argentina (3,63%), Bolivia (3,37%), Perú (2,31%), Brasil (1,75%) |
|||
Europa Occidental |
Reino Unido (6,63%), Alemania (3,63%), Italia (2,79%), Francia (2,17%), Portugal (1,95%), Países Bajos (0,95%) |
|||
Europa del Este |
Rumanía (9,82%), Bulgaria (2,45%), Ucrania (1,69%), Polonia (1,11%), Rusia (0,96%), Lituania (0,38%) |
|||
África del Norte |
Marruecos (13,59%), Argelia (1,14%) |
|||
África subsahariana |
Senegal (0,85%), Nigeria (0,76%), Gambia (0,42%) |
|||
Extremo Oriente |
China (2,53%), Filipinas (0,48%), Japón (0,13%) |
|||
Subcontinente indio |
Pakistán (1,02%), India (0,50%), Bangladesh (0,15%) |
|||
América del Norte |
EE. UU. (0,59%) |
|||
Resto de Asia |
Irán (0,06%), Siria (0,06%), Israel (0,04%) |
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Oceanía |
Australia (0,04%) |
Puesto |
País |
|
|
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%
crec. |
Total | |||||
Rumania | |||||
Marruecos | |||||
Ecuador | |||||
Reino Unido | |||||
Colombia | |||||
Bolivia | |||||
Alemania | |||||
Italia | |||||
Bulgaria | |||||
Argentina | |||||
Portugal | |||||
China | |||||
Perú | |||||
Brasil | |||||
Francia | |||||
Polonia | |||||
Ucrania | |||||
República Dominicana | |||||
Paraguay | |||||
Venezuela | |||||
Argelia | |||||
Cuba | |||||
Uruguay | |||||
Países Bajos | |||||
Pakistán | |||||
Senegal | |||||
Chile | |||||
Rusia | |||||
Nigeria | |||||
Bélgica |
Se
trata de los extranjeros con certificado de registro o tarjeta de residencia en
vigor. Ambas estadísticas proceden de ficheros cedidos por
A 31 de marzo de 2008, y teniendo en cuenta estas consideraciones, la cifra de inmigrantes legales en España era de 4.192.835.
Puesto |
País |
31 de marzo de 2008 |
Marruecos | ||
Rumania | ||
Ecuador | ||
Colombia | ||
Reino Unido | ||
Bulgaria | ||
Italia | ||
China | ||
Perú | ||
Portugal | ||
TOTAL |
Los aspectos
legales relacionados con la inmigración no comunitaria se encuentran recogidos
en
La inmigración en España presenta un carácter multifactorial. Entre sus principales causas se encuentran:
El factor más importante de atracción migratoria es el desarrollo económico que ha presentado España desde 1993. Basada en un crecimiento de tipo extensivo, la economía española ha venido necesitando desde entonces una gran cantidad de mano de obra. En el 2005, el país había creado unos 900.000 empleos netos, de los que cerca de un 40% fueron ocupados por extranjeros.
La identidad cultural y lingüística con Hispanoamérica, de donde proceden el 36,21% de los extranjeros que había en España en el 2006, es un importante factor de atracción para este colectivo.
La suavidad del clima y la atracción por el modo de vida, siguiendo el efecto Sun Belt. El 21,06% de los extranjeros que hay en España proceden de Europa Occidental, concentrándose en las provincias insulares y en las de Alicante y Málaga. Muchos de ellos son 'inmigrantes de lujo': jubilados, trabajadores de multinacionales, trabajadores a distancia vía Internet o empresarios que establecen negocios, por lo general relacionados con la hotelería.
La cercanía geográfica al continente africano: con fronteras terrestres con Marruecos, las islas Canarias próximas al oeste africano y el propio sur peninsular cercano al Magreb. La renta per cápita española era, en 2001, doce veces superior a la de un marroquí; así, la frontera hispano-marroquí es la más desigual en términos económicos de toda la OCDE. El 18,13% de los extranjeros censados en España en el 2006 procedían de este continente, aunque este porcentaje sea menor al de países más alejados de África como Francia
La consecuencia más llamativa de la inmigración en España ha sido el aumento de la población: así, entre 1998 y 2005 España había crecido en 4.255.880 habitantes, lo que representa un crecimiento del 10,68% de la población en 7 años. La mayor parte de esta cifra se debe a la llegada masiva de inmigrantes durante este período.
Variaciones interanuales medias de la población española entre y . Tras un periodo de crecimiento muy bajo (debido a la disminución de la natalidad) a principios de los años 1990, en la actualidad se está produciendo un pico histórico de crecimiento poblacional debido a la inmigración
Además, la mayor tasa de natalidad de la población inmigrante es la principal causa del repunte de la fecundidad que se ha producido en el país, pasando de una tasa bruta de natalidad del 9,19‰ al 10,73‰ entre 1998 y 2005. En 2005, el 15,02% de los nacimientos registrados en España fueron obra de mujeres de nacionalidad extranjera, aunque sólo es extranjera el 8,46% de la población española y el 10,64% de las mujeres en edad fértil residentes en España.
Por otro lado, como la mayor parte de la población que inmigra suele tener entre 25 y 35 años, el crecimiento es mayor en este grupo de edades y en consecuencia se rejuvenece la población española. Así, el 51,91% de los extranjeros residentes en España tiene entre 20 y 39 años, frente a un 32,66% del total de habitantes de España que se encuentran en esta franja de edad.
La importante llegada de población inmigrante en edad de trabajar ha repercutido favorablemente en el total de afiliaciones a la Seguridad Social, hasta el punto que cerca de un 45% de las altas registradas entre el 2001 y 2005 correspondieron a trabajadores foráneos.
Puesto que casi la mitad del trabajo creado en estos años se ha nutrido de trabajadores extranjeros, su contribución al crecimiento del PIB en este quinquenio (un 3,1% medio anual, en términos reales) habrá sido muy significativo.
Además, el aumento de la población laboral ha comportado un incremento de la recaudación asociada a la imposición del trabajo (principalmente por la vía de las cotizaciones sociales). Sin embargo, el bajo porcentaje de su población dependiente (de menos de 15 años y de más de 65 años, que es del 18,98% para el colectivo extranjero pero del 30,83% para la población general) hace que aporten de manera neta a la caja del Estado más que la población nacional.
Por otra parte, dado que el empleo extranjero se ha concentrado principalmente en sectores donde la oferta de mano de obra nacional resulta escasa (construcción, hogar, hostelería, agricultura, etc.), la inmigración ha contribuido a suavizar la rigidez de esta oferta, limitando la aparición de tensiones inflacionistas.
Se han alzado, también, opiniones críticas que ponen de manifiesto la distorsión operada por la inmigración en el mercado laboral español : a pesar de que el PIB español ha crecido entre el 3% y el 4% entre los años 1997 y 2007, los salarios reales de la población española no sólo no han aumentado, sino que han disminuido ligeramente. Señalándose que la llegada de trabajadores no cualificados ha tirado a la baja de los salarios en diversos sectores de la economía española como la construcción o la hotelería.
Por otro lado, buena parte de los trabajos asumidos por los inmigrantes han sido creados al calor de la llamada burbuja inmobiliaria: alrededor del 30% de los trabajadores de la construcción son extranjeros.
Así, lo que la inmigración habría permitido sería el abaratamiento del ciclo productivo, al hacer innecesario acometer proyectos de modernizacion e I+D, pues la inversión no sería necesaria ya que se consigue mantener beneficios en base a reducción de salarios.
Las principales conclusiones a las que se llega desde un punto de vista económico negativo son:
Los auténticos beneficiarios de la inmigración han sido los empresarios y las clases altas, pero el fenómeno ha perjudicado a las clases trabajadoras debido a un aumento de la oferta de mano de obra poco cualificada.
El aumento de los beneficios no se ha invertido en mejorar el ciclo productiv
Lejos de estar saturada, la economía sigue dependiendo de la llegada de trabajadores inmigrantes para sostener su crecimiento. Incluso en un escenario de crisis económica severa, España precisará de la incorporación de una media de 157.000 empleados extranjeros al año hasta el 2020. Y si el crecimiento es moderado o fuerte serán necesarios muchos más, entre 255.000 y 612.000.
Pero es
que incluso si la economía quedase varada será imprescindible incorporar más
mano de obra extranjera por el imparable envejecimiento poblacional. Entre el
2005 y el 2020, España va a sufrir una radical transformación poblacional: los
ciudadanos de entre 16 y 39 años caerán de los
El aumento de ocupados nativos lleva años siendo insuficiente para atender la oferta de empleo, lo que ha provocado que el peso medio de los inmigrantes en los nuevos puestos de trabajo se elevase hasta el 56,4% en el 2007, casi cinco veces más que una década antes. En comunidades como la valenciana y Cataluña se sitúa en el 88,1% y el 93,9%. El envejecimiento no hace sino agravar el problema. Así, no basta con los extranjeros que ya viven en el país: harán falta un mínimo de dos millones de nuevos inmigrantes para evitar que el mercado laboral quede desabastecido por la base.
En los servicios (61% del empleo inmigrante), el informe sostiene que la hosteleria, el comercio, el servicio doméstico, la atención a dependientes o el turismo, muy cíclicas y desdeñadas por los nativos, van a seguir siendo desempeñadas por inmigrantes en el futuro. En este punto, critica que los contingentes temporeros 'apenas resuelven nada'. Y propone reinstaurar la figura del trabajador fijo discontinuo y que sectores y empresas compartan trabajadores con distintos ciclos.
También niega que la caída de la construcción (con 655.000 inmigrantes trabajando, 23% del total) deba generar alarma social 'ni por el posible desempleo ni en términos de inseguridad ciudadana'
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