EJERCICIO SOBRE EL ESTILO INDIRECTO

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Sábado, 10 de mayo

Ayer mi amigo IÑaki llegó tarde a la estación, como siempre. Me dijo que no había sonado el despertador, pero yo creo que me mintió, no me dijo la verdad. Como no encontramos dos asientos libres en ningún departamento, tuvimos que ir de pie en el pasillo, pero lo pasamos bien. Conocimos a otros dos chicos que iban a Bilbao y nos pusimos a charlar con ellos. En Bilbao y en Santander tuvimos que esperar un rato, porque el tren salió con retraso. Siempre ocurre lo mismo. Cuando llegamos a San Vicente de la Barquera tuvimos suerte, hacía buen tiempo. El paisaje es precioso, tanto a mí como a IÑaki nos gustó mucho. Llegamos a Potes algo tarde y muy cansados, la carretera no tiene más que curvas. Después de tomar unos refrescos, nos pusimos en camino y empezamos a subir. Como ya era tarde no pudimos llegar muy lejos, pero todavía tenemos tiempo maÑana y pasado maÑana. IÑaki ya está durmiendo como un tronco. He oído por la radio que también maÑana hará buen tiempo. ¡Qué suerte!

Comience así:

Usted la cuenta ahora y Txiki escribió en su diario que ayer (el día anterior) su amigo IÑaki había llegado tarde a la estación, como siempre. Que le había dicho que no había sonado el despertador, pero que él creía que le había mentido, que no le había dicho la verdad. Que como no habían encontrado dos asientos libres en ningún departamento, habían tenido que ir de pie en el pasillo, pero que lo habían pasado bien. Que habían conocido a otros dos chicos que iban a Bilbao y que se habían puesto a charlar con ellos. Que en Bilbao y en Santander habían tenido que esperar un rato, porque el tren había salido con retraso. Que siempre ocurría lo mismo. Que cuando habían llegado a San Vicente de la Barquera habían tenido suerte, que hacía buen tiempo. Que el paisaje era precioso, que tanto a él como a IÑaki les había gustado mucho. Que habían llegado a Potes algo tarde y muy cansados, que la carretera no tenía más que curvas. Que después de tomar unos refrescos, se habían puesto en camino y que habían empezado a subir. Que como ya era tarde no habían podido llegar muy lejos, pero que todavía tenían tiempo maÑana (al día siguiente) y pasado maÑana (y al otro). Que IÑaki ya estaba durmiendo como un tronco. Que había oído por la radio que también maÑana (al día siguiente) haría buen tiempo. Que qué suerte